El trabajo coordinado de seis ADSG y Cooperativas Agroalimentarias de Aragón (FACA) consolida un modelo de cooperación eficaz para mejorar la sanidad y el bienestar animal en el sector cunícola.
La Red Zoosanitaria Cunícola de Aragón ha culminado su segundo año de funcionamiento como grupo de cooperación orientado a la sanidad y al bienestar animal. Su finalidad principal ha sido coordinar esfuerzos entre las Asociaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) y reforzar la bioseguridad en las explotaciones, contribuyendo a prevenir las enfermedades víricas que más afectan al conejo doméstico: la mixomatosis y la enfermedad vírica hemorrágica (RHD).
El proyecto, desarrollado durante 2025, ha reunido a seis ADSG cunícolas —Matarraña-Bajo Aragón Turolense, Mas de las Matas, Acuniosca, Fabara, Calatayud y San Just— junto con la citada federación de cooperativas agroalimentarias de Aragón. Su trabajo conjunto ha permitido diseñar herramientas comunes, estandarizar criterios técnicos y generar una base de datos compartida que facilita la vigilancia sanitaria en todo el territorio.
Un modelo de cooperación técnica
El enfoque del grupo ha sido crear una red de vigilancia y alerta sanitaria basada en la experiencia de los veterinarios de las ADSG. Este sistema permite una detección temprana de posibles brotes, la comunicación inmediata de los casos y la adopción de medidas preventivas coordinadas.
El valor añadido del proyecto radica en la cooperación entre profesionales, que ha hecho posible una mayor eficiencia en la gestión de patologías, la optimización de recursos y una notable mejora en la transferencia de conocimiento hacia los ganaderos.
Estrategia vacunal coordinada
La vacunación es la principal herramienta para evitar la propagación de enfermedades contagiosas. Por ello, se estableció una pauta vacunal básica común aplicada, como mínimo, en el 30 % de las explotaciones de cada ADSG.
La pauta acordada incluye vacunaciones en sábana cada cuatro a seis meses para conejas reproductoras y de reposición frente a mixomatosis, y una vacunación cada ocho a doce meses frente a RHD.
Evaluación del nivel de bioseguridad
Otro pilar del proyecto ha sido la implantación de herramientas comunes de evaluación, mediante encuestas de bioseguridad y epidemiológicas realizadas en 71 explotaciones de las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel.
Estas encuestas han permitido clasificar las granjas según su nivel de bioseguridad exterior e interior y analizar la relación entre las medidas aplicadas y la aparición de brotes.
En promedio, las explotaciones aragonesas alcanzaron un 89 % de bioseguridad exterior y un 74 % interior, valores que evidencian un alto nivel de compromiso con las buenas prácticas.
Las medidas más extendidas incluyen el vallado perimetral, el cambio de calzado y ropa antes de acceder a las naves, la limpieza y desinfección periódica, la aplicación de programas de control de plagas y la desparasitación sistemática.
Resultados sanitarios
Los datos obtenidos confirman que las actuaciones del grupo han tenido un impacto positivo sobre la sanidad cunícola.
En el caso de la mixomatosis, se registraron tres brotes en 2024 y otros tres en 2025, pero con una reducción significativa de la mortalidad: las pérdidas en cebo descendieron del 20 % al 10 % y las de maternidad del 90 % al 10 %.
Ninguna explotación repitió brote en dos años consecutivos, lo que indica una mejora de la protección inmunitaria y del control de vectores.
En cuanto a la RHD, no se detectaron casos en 2024, mientras que en 2025 se notificaron diez brotes, concentrados en zonas con menor puntuación de bioseguridad exterior y abundancia de conejo silvestre.
Gracias al refuerzo de la vacunación y a la aplicación inmediata de medidas de control, la mayoría de los episodios se erradicaron en pocas semanas.
Análisis de la relación entre bioseguridad y brotes
El estudio de correlaciones ha mostrado que las explotaciones con menor bioseguridad interior presentan una mayor vulnerabilidad ante brotes víricos. Las diferencias de más de 10 puntos en las puntuaciones medias de limpieza, manejo e higiene refuerzan la importancia de mantener protocolos exigentes.
Asimismo, la intensificación de los programas vacunales tras los brotes ha demostrado su eficacia, consolidando la idea de que la prevención debe ser un proceso continuo y adaptado a las condiciones de cada explotación.
Un ejemplo de cooperación efectiva
A lo largo de 2025, los representantes del grupo celebraron diversas reuniones técnicas en las que se compartieron experiencias, se consensuaron metodologías y se analizaron los resultados obtenidos, un trabajo conjunto que ha generado información epidemiológica de gran valor, útil no solo para los miembros del grupo sino para el conjunto del sector cunícola aragonés.
Conclusiones
La experiencia de la Red Zoosanitaria Cunícola de Aragón evidencia que la prevención, la bioseguridad y la cooperación son los pilares sobre los que debe sustentarse la cunicultura moderna. El proyecto ha permitido mejorar el conocimiento epidemiológico, homogeneizar los criterios técnicos y promover una cultura de prevención activa que refuerza la competitividad del sector.
Aunque la incidencia de enfermedades en maternidad puede mantenerse bajo control mediante estas estrategias, el riesgo de aparición de brotes en los cebaderos sigue presente, lo que subraya la importancia de mantener protocolos de vigilancia continuos y planes de prevención dinámicos, adaptados al riesgo epidemiológico y a las condiciones específicas de cada explotación.
El compromiso de los profesionales participantes marca un punto de inflexión en la gestión sanitaria de las explotaciones aragonesas, consolidando un modelo de trabajo de cooperación que refuerza la sanidad, el bienestar animal y la sostenibilidad del sector cunícola.


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